El presente nos ha abierto una brecha de esperanza en un futuro a ocupar

Una reseña de ‘Planeta indignado’

Gabriela Cañas | Babelia. El País

ENSAYO. Un año después de las protestas que galvanizaron a las opiniones públicas de medio mundo, Josep Maria Antentas y Esther Vivas, especialistas en movimientos sociales en sus respectivas universidades, analizan los orígenes y la naturaleza de esa ola de manifestaciones que ocuparon las plazas y las calles de Madrid, Atenas o Nueva York bajo nombres dispares (15-M, Occupy Wall Street) y un sentimiento general: el de la indignación.

Este ensayo no puede ser más oportuno porque, al margen de meras cuestiones de calendario, intenta responder a las cuestiones que plantea: ¿fue una manifestación masiva pero efímera del malestar social que producen las políticas económicas y los recortes sociales? ¿Se trata, por el contrario, de una revolución de largo recorrido? ¿Cuáles fueron sus orígenes y cuáles sus efectos? ¿Qué relación hay entre las protestas diversas registradas en el mundo rico y la primavera árabe?

Antentas y Vivas abordan el análisis desde la profesionalidad que les corresponde, pero también desde la parcialidad, lo que en absoluto empaña el rigor de un análisis no exento de dificultades, dado lo dispar y difuso de un movimiento que carece de portavoces, una organización cerrada y una sola y clara reivindicación que explotar como en el pasado fue la petición de la condonación de la deuda a los países en vías de desarrollo. La caída del muro de Berlín y la consiguiente desintegración de la Unión Soviética son los puntos de partida de una movilización general que tuvo en la antiglobalización su principal precedente y el neoliberalismo económico como única doctrina económica como causa principal del malestar social demostrado en las calles, según los autores.

Con la obra y el pensamiento del filósofo de la izquierda Daniel Bensaïd casi como guía de este relato de la primera revolución del siglo XXI, el texto concluye, optimista, que el movimiento de los indignados ha marcado un punto de inflexión: “El presente nos ha abierto una brecha de esperanza en un futuro a ocupar”.

*Publicado en Babelia en El País, 26/05/2012.

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