“Todos necesitamos cada día alimentos para subsistir. Aquí, está la clave de ‘su’ negocio”

Pedro Burruezo | The Ecologist

Esther Vivas acaba de publicar, vía Icaria Editorial, El negocio de la comida, un libro en donde ella habla, entre otras muchas cosas, de un cambio de paradigma del modelo alimentario actual. “Se trata de un modelo que genera hambre en un mundo de la abundancia de comida, que aboca al campesinado a la desaparición, que nos “sirve” alimentos kilométricos cuando muchos de estos se elaboran a nivel local, que nos enferma”.

——————————————————————————————————————–

Ah, Esther Vivas… Vieja amiga… Con la que me unen muchas ideas y me separan sólo unas poquitas. Su libro se subtitula: El negocio de la comida ¿Quién controla nuestra alimentación?

-¿Quién?
-Nosotros, por supuesto, no. Hoy, el sistema agroalimentario, de origen a fin, está en manos de un puñado de empresas del agronegocio y los supermercados que tienen por único objetivo hacer negocio con la comida. Se trata de multinacionales como Monsanto, Syngenta, Nestlé, Danone, Mercadona, Carrefour… Que la gente pase hambre, que coma mal, que los campesinos abandonen la tierra, no les importa. Para ellos sólo cuenta el lucro económico.

-¿Por qué?
-Nadie puede prescindir de la comida. Es algo esencial. Todos necesitamos diariamente de alimentos para subsistir. Aquí está la clave de “su” negocio. Convertir necesidades básicas en fuente de beneficio. Así funciona el capitalismo. Y hace lo mismo con el derecho a la vivienda, a la sanidad, a la educación.

GUERRA PARTICULAR
-¿Por qué la alimentación se ha convertido en tu guerra particular?
-Creo que las cosas del comer nos afectan a todos. Mirar a las entrañas del sistema alimentario y ver que acabamos comiendo lo que unas pocas empresas quieren, en detrimento de nuestra salud, del campesinado, de la tierra, considero, es una buena manera de cuestionarnos la lógica del sistema. Y a partir de aquí plantear alternativas, demostrar que sí se puede. Los grupos y las cooperativas de consumo agroecológico, los huertos urbanos, el nuevo campesinado, los comedores escolares ecológicos… nos muestran el camino.

-¿Qué papel juega la alimentación ecológica en la subversión del actual status quo?
-Nos demuestra que hay otras maneras de trabajar la tierra y alimentarnos. No solo desde un punto de vista más saludable, que mueve a muchas personas a optar por este tipo de alimentación, sino también desde un punto de vista de justicia y democracia. El potencial transformador de la agricultura y la alimentación ecológica, desde mi punto de vista, reside en ir más allá de la etiqueta y apostar por una agricultura local y campesina, que cuida de la fertilidad de la tierra, que recupera semillas antiguas, que defiende la soberanía del consumidor.

¿COSA DE PIJOS?
-¿Por qué la izquierda no se ha tomado nunca en serio, realmente, salvo raras excepciones, el tema de la agricultura ecológica?
-Muchas veces, y no solo desde la izquierda, se ha considerado que la agricultura y la alimentación ecológica era cosa de “pijos”, de “hippies”… Por un lado, se han menospreciado las desigualdades generadas por el sistema agroalimentario tanto a escala global como nacional. Sin embargo, como indican todas las cifras, quienes menos tienen son los que peor comen, con un impacto directo sobre su salud y su calidad de vida. Por otro lado, se han trivializado las alternativas planteadas, como si se tratara de un “capricho”, de “algunos que quieren comer bien”, etc., obviando su profundo carácter transformador y democrático.

-¿Come Occidente demasiada carne?
-Somos “adictos” al consumo de carne. Las grandes empresas de la industria ganadera, con el apoyo de las instituciones públicas, nos han hecho creer que necesitábamos, día sí día también, proteína animal. Una estrategia que les ha dado importantísimos beneficios económicos. Pero si miramos a las bambalinas de la industria cárnica, el escenario es estremecedor: la mayor parte de antibióticos en Europa se suministran a los animales de granja de manera preventiva; en la industria ganadera los animales dejan de ser considerados seres vivos para ser tratados como cosas, objetos; la contaminación del aire, la tierra y el agua no tiene parangón; la vulneración de los derechos laborales se da con frecuencia. El listado podría continuar. En definitiva, se come demasiada carne y de mala calidad.

CAMBIO DE PARADIGMA
-¿Es necesario cambiar el paradigma alimentario de cabo a rabo?
-Por supuesto. Si analizamos en detalle este sistema vemos que no funciona. Se trata de un modelo alimentario que genera hambre en un mundo de la abundancia de comida, que aboca al campesinado a la desaparición, que nos “sirve” alimentos kilométricos cuando muchos de estos se elaboran a nivel local, que nos enferma. Nos repiten una y otra vez que contamos con el mejor modelo agroalimentario, pero esto no es sino una gran mentira.

-Qué va a pasar en política en el Estado español en los próximos meses? ¿Van a haber muchos cambios? ¿Podrá Podemos cambiar las cosas?
-El bipartidismo PP-PSOE está inmerso en una grave crisis y no está claro cómo PP o PSOE van a poder formar gobierno tras las próximas elecciones. El ascenso de Podemos ha dinamitado los equilibrios políticos anteriores. Creo que una victoria electoral de Podemos sería un paso muy importante y abriría una situación inédita llena de posibilidades y riesgos. Una mayoría electoral alternativa es necesaria para poner fin al régimen actual y acabar con el bipartidismo, pero un eventual gobierno de Podemos solo podrá hacer políticas distintas si se apoya en la movilización social y si fomenta la auto-organización popular por debajo. Esta es una cuestión clave.

Email
Whatsapp
Telegram
Instagram
Facebook
Twitter
TikTok
LinkedIn
Cart Overview