Hoy entrevistamos a Esther Vivas, periodista, socióloga y un referente dentro del mundo de la maternidad que lucha por defender una maternidad sin tabúes, respetada y sin ideales. Ahora Esther Vivas acaba de publicar su libro “Mamá desobediente”, publicada por Capitán Swing en castellano y por Ara Llibres en catalán. Os dejamos con sus propias palabras:
Hola Esther, en wearitslow siempre nos gusta empezar de la misma forma. Así que te preguntamos, ¿qué tres palabras te definen mejor? Activa, feminista y combativa.
Tu libro se titula “Mamá desobediente” y te queremos preguntar: ¿A quién tenemos que desobedecer? Hay que desobedecer, como madres, a los ideales inasumibles de maternidad que nos han impuesto. Ser “buena madre” en la sociedad actual pasa por ser el “ángel del hogar”, esa madre sacrificada y abnegada para la familia y los hijos, y al mismo tiempo ser una “súper woman” que llega a todo, siempre disponible para el mercado de trabajo. Sin embargo, cumplir con estos ideales maternos es imposible, y en consecuencia las madres cargamos siempre con un pesado sentimiento de culpa.
En tu libro tratas temas tabú como la infertilidad, los abortos o la muerte perinatal. ¿Crees que con las nuevas generaciones y el acceso a la información gracias a las redes sociales, la concepción de estos temas está cambiando? ¿Estamos más informados ahora? Por supuesto. La nueva ola feminista ha ayudado a sacar muchos temas del armario, entre ellos la maternidad, acabando con algunos silencios muy dolorosos. Las redes sociales, por su parte, han ofrecido el anonimato necesario para que muchas mujeres compartieran su experiencia de infertilidad, reproducción asistida o pérdida gestacional, vivencias que cuentan con una significativa incomprensión social. De todos estos temas, hablo en el libro. Contarlo en primera persona es una manera de acabar con el tabú que rodea estas experiencias, y normalizarlas.
En tu libro vemos cómo a lo largo de la historia el feminismo se ha tratado o entendido de formas muy diferentes, ¿qué es para ti ser feminista y qué valores defiende este concepto? Para mí, hay que reivindicar un feminismo del 99%, ese nuevo feminismo, que en palabras de las intelectuales feministas Nancy Fraser, Tithi Bhattacharya y Cinzia Arruzza, impugna a la vez patriarcado y capitalismo. Y es que para lograr la plena igualdad entre hombres y mujeres es necesario un cambio estructural de modelo económico y relaciones sociales. Si esto no se tiene en cuenta, como hace el feminismo liberal, la igualdad sólo será accesible para un puñado de mujeres blancas de clase media. El feminismo del 99 % tiene el reto de dar a la maternidad el lugar que merece en el seno de la lucha por la emancipación femenina. No se trata de mistificar esta experiencia, sino de asumir que es parte fundamental de la identidad femenina, a la vez que las mujeres somos mucho más que madres. Al feminismo emergente del 99 % le corresponde una maternidad del 99 %, una maternidad popular, trabajadora, mestiza, no limitada a determinadas opciones sexuales.
¿Qué consejo les darías a futuras madres? ¿Hay algo que nadie te cuenta y te hubiera gustado saber antes? Sí. Que la maternidad tiene muy poco que ver con lo que nos han explicado. Cuando te conviertes en madre, y más cuando es la primera vez, sientes que todo te desborda, que no llegas a nada, que no sabes, que no puedes más, que quieres con locura a tu bebé pero que hay momentos que no puedes más con él. Todo esto es normal. Asumir que la maternidad implica contradicciones, ambivalencias, es la única manera de tener una experiencia materna satisfactoria. See Also
¿Cómo podemos asegurarnos de tener un parto respetado? A veces tenemos la sensación de que nada está en nuestras manos y el parto ha dejado de pertenecernos… En primer lugar, hay que tener claro que el parto no es una enfermedad sino un proceso fisiológico, natural, que necesita tiempo, confianza y respeto, y que como mujeres sabemos y podemos parir. Segundo, tenemos derecho a decidir en nuestro parto y también en nuestro embarazo. Y tercero, debemos informarnos adecuadamente, no solo a través de los centros de salud sino también a través de organizaciones de mujeres que defienden un parto respetado, como son El Parto es Nuestro a nivel estatal o Dona Llum en Catalunya. Sus páginas web ofrecen información imprescindible. Un ejemplo, no es lo mismo parir en un hospital privado que en uno público, en los primeros, la cifra de partos instrumentales, cesáreas o episiotomías realizadas es mucho más elevada que en los segundos.
¿Crees que a nivel “país” estamos preparadas para un parto en casa que otros países? ¿Existe la suficiente infraestructura para atender un parto en casa y estar preparados si hay alguna urgencia? Hay infraestructura y personal preparado. Lo demuestran los más de mil partos en casa que se realizan anualmente en el Estado español, la mayoría en Catalunya. Una cifra que, aunque sólo representa un 0,25% del total, crece año tras año. Sin embargo, ¿cuál es el problema? Que parir en casa no está incluido en la sanidad pública, y esto discrimina a las mujeres que optan por esta opción, que tiene un coste de entre 2.000 y 2.500 euros, y la convierte en inaccesible para todas aquellas que no lo pueden pagar. En otros países europeos, como Holanda o el Reino Unido, el parto en el domicilio privado sí entra por la seguridad social.
Déjanos una frase de inspiración que te represente: «Mis hijos me causan el sufrimiento más exquisito que haya experimentado nunca. Se trata del sufrimiento de la ambivalencia: la alternancia mortal entre el resentimiento amargo y los nervios sin límites, y la mayor gratificación y ternura». Lo escribía Adrienne Rich en su libro Nacemos de mujer, en 1976.