Una reseña del libro ‘Mamá desobediente’
Nicolás Artusi | La Nación
“¡Mamá no hace caso!”. En la retórica familiar, una inversión: el hijo señala que la madre es desobediente. No porque se resista a tomar la sopa o se empaque a la hora del baño: ella se rebela contra un destino de abnegada, eternamente al servicio de los otros, o de supermujer, capaz de conciliar familia con trabajo y cumplir con todo.
¿Cómo ser madre hoy? Es lo que se preguntó la socióloga y escritora española Esther Vivas el día que descubrió, a sus 39 años y después de mucho buscarlo, que sería madre. Y las respuestas que encontró están en Mamá desobediente, un ensayo recién publicado en el país que propone una mirada de época (feminista, igualitaria y emancipada) sobre un mundo fascinante que para muchos de nosotros, aunque hijos, es ajeno: la maternidad.
“Se ha generalizado a lo largo de la historia un determinado ideal de buena madre, caracterizado por la abnegación y el sacrificio”, escribe Vivas y a la descripción de esa mamá casada, devota, monógama y esclava opone otro arquetipo: “Las supermamás o ‘mamás máquina’, tan sacrificadas como las madres de siempre, pero con una vida laboral y pública activa y, por supuesto, con un cuerpo perfecto”. De este dilema parte para describir las exigencias del nuevo mamismo y proponer vías de rebelión: el rechazo a los mandatos e imposiciones o, aun peor, a las distintas formas de abuso que sufren las madres, como la violencia obstétrica.
En la Argentina, el 67% de los partos en clínicas privadas son a través de cesáreas, mientras que la Organización Mundial de la Salud dice que una cifra superior al 10 o 15 por ciento no está justificada. “Se trata de una violencia no solo física sino también verbal, que puede expresarse mediante un trato paternalista, infantilizador o humillante hacia la madre”, dice Vivas y a mí se me aparece el recuerdo de un médico que a una amiga embarazada le hablaba en media lengua, y le decía: “A ver, ¿qué le pasa a la mamita?”.
Aunque algunos sectores del feminismo siguen viendo la maternidad y la crianza como fuentes de opresión, Vivas opina que se puede ser madre y feminista. El libro, que en España fue un boom en redes sociales y un tema de discusión en las tertulias televisivas, ayuda a repensar ideas arcaicas: esta Mamá desobediente defiende los derechos de aquellas que tienen hijos, pero no las glorifica al punto de volverlas mártires. Según Vivas, es una oportunidad histórica: “Una vez que las mujeres hemos acabado con la maternidad como destino, nos toca ahora poder elegir cómo queremos vivir esta experiencia”.