Elisabet Escriche | ARA
La propuesta del PSOE de Madrid de abrir las escuelas de 7 a 19 horas durante 11 meses al año, del 1 de septiembre al 31 de julio, en la Comunidad de Madrid argumentando que facilitaría la conciliación laboral de las familias ha levantado las críticas tanto de padres, expertos en conciliación familiar, como de profesorado.
Los socialistas, liderados en la Comunidad de Madrid por Juan Lobato, ya han puesto cifras a la medida, que costaría unos 35 millones de euros al año y supondría contratar unos 3.000 monitores que ofrecerían todo tipo de actividades culturales, deportivas o científicas una vez que los niños acabaran el horario escolar. Para el PSOE, la iniciativa fomentaría “la conciliación de la vida familiar y laboral de una manera flexible”, porque las familias podrían utilizar este servicio en función de sus necesidades. Además, también argumenta que serviría para luchar contra la pobreza infantil, puesto que garantizaría “dos comidas saludables” a las criaturas.
Una visión totalmente opuesta la tiene la presidenta de la Associació de Mestres Rosa Sensat, Mar Hurtado, que califica directamente la medida de “nefasta”. “La conciliación laboral no tiene que ir por encima de la familiar, estamos apartando a los niños de las familias”, alerta. Hurtado, que también es madre y maestra en la escuela El Roure Gros de Santa Eulàlia de Riuprimer (Osona), denuncia que la propuesta socialista prioriza las necesidades económicas por encima de las afectivas. “¿Quién dará respuestas a las emociones de las criaturas?”, se pregunta.
Para Esther Vivas, periodista y autora de Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad, la iniciativa supeditaría la crianza al mercado laboral. “No se trata de que las criaturas estén más horas en la escuela, sino con las familias, y, para conseguirlo, lo que hace falta es reformar el mercado laboral trabajando menos horas y mejorando las condiciones. Lo que se está proponiendo es poner medidas que permitan conciliar basándose en la precarización del mercado de trabajo”, denuncia. Es por eso que alerta que se tiene que cambiar el foco: “No se puede poner en cómo la escuela se adapta a un mercado precarizado, sino en cómo hacer un mercado laboral compatible con la crianza”.
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