Abril Phillips | La Vanguardia
Las mujeres continúan siendo las principales responsables de las tareas “invisibles”, como los requerimientos del colegio o guardería o el seguimiento médico de los hijos.
“Se sigue dando por hecho que las tareas de cuidados y la responsabilidad de las criaturas recae sobre la madre”, dice la periodista, socióloga y autora del libro ‘Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad’ Esther Vivas. Para ella, esto se constata en algo tan simple como los grupos de Whatsapp de familias de la escuela, “donde mayoritariamente están integrados por madres o son ellas las que más participan”.
También, en el hecho de que “son ellas las que, en general, se encargan de organizar todo lo que tiene que ver con las criaturas, desde pensar su menú, preparar su ropa y programar las visitas al pediatra”, apunta. Aunque los hombres cada vez se encargan de más trabajos de cuidados, como acompañar o recoger a los niños de la escuela, lo suyo tiende a ser más “ejecutar ciertas tareas, mientras que son las madres las que planifican, que es lo que más carga mental supone”.
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“Cuando una madre ejerce tareas de cuidados de sus hijos se lo considera normal y se da por supuesto que debe encargarse de ello, mientras que cuando lo hace un padre, es algo extraordinario y lo convierte en buen padre. Esto lo vemos en el lenguaje. A menudo se dice que el padre ‘ayuda’, cuando en verdad es responsabilidad de ambos”, explica Esther Vivas.
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“Tenemos que cuidar como si no tuviésemos trabajo remunerado y trabajar como si no tuviésemos criaturas a cargo y esto es imposible. Tenemos un ideal materno irrealizable y tóxico, que nos genera malestar y culpa. No llegamos a todo y nos sentimos malas madres”, dice Esther Vivas y añade: “Nosotras mismas debemos cuestionar este relato patriarcal y empezar a ceder espacios. Tal vez mi pareja no cocinará o vestirá al niño o a la niña como yo, pero es importante que asuma esta responsabilidad”.
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Para Esther Vivas, el hecho de que los centros escolares y médicos suelan tomar a las madres como el contacto principal por defecto no es algo menor. “Al hacerlo, se asume que la responsabilidad principal de la crianza es de la madre. Esto reproduce esta mirada social hegemónica que reduce la maternidad a una responsabilidad femenina”, dice Vivas y asegura: “Necesitamos que el conjunto de la sociedad entienda que en parejas heterosexuales cuidar es tanto responsabilidad de la mamá como del papá y que por lo tanto el interlocutor debe ser tanto la madre como el padre. Tenemos que empezar a mirar a los padres no como quien ayuda a la mamá, sino como corresponsables”.
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