Esther Vivas | El Periódico
Me pregunto: ¿por qué dar la teta en público puede violentar tanto? ¿Por qué dar el pecho a una criatura puede ser motivo de expulsión de un centro comercial, un museo, un supermercado o una cafetería? No pasa siempre, pero sí más a menudo de lo que podríamos imaginar. Se trata de la doble moral de una sociedad que cosifica y sexualiza el cuerpo de las mujeres, mientras se escandaliza cuando una madre amamanta a la luz del día.
El argumento es siempre el mismo: “Eso” no se hace aquí porque molesta, incomoda, ofende, da mala imagen o bien porque “es la política de la empresa”. Acto seguido se invita a la mujer a marcharse o a recluirse en un lugar cerrado, lejos de la vista de todos, a un cuarto de baño o a una sala de lactancia, que muchas veces no son ni los espacios más agradables ni los que mejor huelen. No hay nada malo en las salas de lactancia per se, pero no pueden ser de uso obligatorio.
La OMS recomienda hasta los 2 años
Otras veces, aunque no se las amoneste reciben miradas lascivas, de reproche o de censura, murmullos desagradables. Más aún si la criatura es considerada mayor, obviando que la Organización Mundial de la Salud recomienda dar el pecho hasta los 2 años. Todo un síntoma de lo poco normalizado que está aún dar la teta en nuestra sociedad. De hecho, un 43% de las mamás consideran “incómodo” amamantar en un sitio público. Se trata del segundo inconveniente más importante con el que se enfrentan, según ellas mismas reconocen en la Encuesta Nacional sobre Hábitos de Lactancia Materna 2013, solo por detrás de la difícil conciliación entre la lactancia y la vida laboral.
Los casos son múltiples, desde quienes han sido reprendidas en tiendas de ropa, en supermercados o hasta en museos y restaurantes. Hay situaciones que si no fuese por su gravedad resultarían hilarantes. Mujeres que han sido amonestadas por dar la teta en piscinas de Salou, Burriana, La Selva del Camp, Erandio o Alcorcón alegándose que “no es sitio para dar de comer”, “se ensucia el recinto” o “se ofende a otros usuarios”. Incluso en la sala Goya del Museo del Prado de Madrid una madre fue reprobada por unos empleados afirmando que su actitud “podía molestar a los demás visitantes”, que por cierto en ese mismo instante contemplaban obras como La maja desnuda.
Doble moral y censura
Hay celebrities que se han hecho eco de esta doble moral. Es el caso de la modelo de Victoria’s Secret Candice Swanepoel, que señalaba como nunca había sido criticada por posar en toples para firmas de moda y en cambio ahora sí lo era por dar de mamar en público. Otras top model, como Gisele Bündchen o Natalia Vodianova, por solo citar algunas, se han sumado a la causa publicando imágenes donde aparecen amamantando a sus criaturas.
La censura también está presente en las redes sociales. Facebook ha prohibido en varias ocasiones fotografías de mujeres lactando. Instagram también. Sin embargo, ¿qué tiene de erótico u obsceno que una mujer dé el pecho a un bebé? Los usuarios se han movilizado ante la hipocresía de unas empresas que censuran pezones mientras permiten imágenes y comentarios de violencia extrema. Una protesta que ha conseguido cambios en la normativa de dichas multinacionales pero que no evita que aún hoy se sigan eliminando imágenes de mujeres que dan de mamar.
Euskadi y Pamplona, referentes
En Gran Bretaña, la lactancia materna en espacios públicos está garantizada por la ley de igualdad del 2010, que considera discriminatorio tratar desfavorablemente a una mujer por dar el pecho. En Italia, a principios de este año la ministra de Administración Pública, Marianna Madia, anunciaba que su Gobierno estudiaría una directiva para permitir la lactancia en lugares públicos, después que una mujer fuese expulsada de una oficina de correos por este hecho.
Aquí, la asociación Lactancia en Libertad reivindica el derecho a amamantar donde y cuando sea necesario, y trabaja para la creación de una ley que lo permita. Un derecho que es ya una realidad en el País Vasco, donde la carta de derechos y deberes de las personas en el Sistema Sanitario Vasco así lo reconoce desde el 2015. Las Cortes Valencianas aprobaron el año pasado una proposición no de ley que reconoce el derecho a dar el pecho en cualquier espacio público. Más recientemente, el Ayuntamiento de Pamplona ha declarado todas las dependencias municipales, bibliotecas, escuelas, centros culturales, parques, jardines y calles “espacios de lactancia materna””, en el marco de la campaña Lacta, impulsada por un grupo de matronas. Madres, criaturas y tetas, bienvenidas.