¿Cómo transformarnos en mamás desobedientes?

Asuntos de Mujeres

La periodista, socióloga y escritora española, Esther Vivas (@esthervivasesteve ), autora del libro “Mamá desobediente”, habló con nosotras sobre fertilidad, embarazo, parto, lactancia, conciliación familiar, pérdida gestacional y las presiones sociales que recaen sobre las madres.


Desde que soy mamá, he sentido cierta rebeldía con respecto a algunas cosas relacionadas con parir, criar y maternar. La idea de la madre abnegada y sacrificada, que renuncia a todo por su vida familiar, nunca encajó muy bien en la manera como yo quería ejercer mi maternidad; y al mismo tiempo, la intención de irme a trabajar para ver a mi hija solamente una hora al día, me aterraba profundamente. Todo eso me hacía sentir culpable.

Lo confieso: muchas veces, he estado metida en un clóset, quizá por inseguridad, por pensar que estoy equivocada en muchos sentidos o por creer que soy una madre desalmada y sin sentimientos.

Pero dentro de mí se despertó la idea de que la maternidad tiene un montón de matices, no es blanca o negra, no se ejerce de una sola forma y no hay una única manera de ser madre; la maternidad implica un montón de cosas que nadie nos cuenta o que se mantienen silenciadas, como para evitar quitarle el manto de romanticismo que lleva puesto permanentemente.

Eso me hizo buscar, investigar y entender que lo que sí hay que defender, es el derecho de ser la mamá que quieres, tomar tus propias decisiones a la hora de criar y permitirte la autenticidad en lo que para mí, ha sido uno de los roles más difíciles de mi vida.

Y un día descubrí un libro llamado ‘Mamá desobediente’, escrito por la periodista, socióloga y escritora española, Esther Vivas, el cual surge de su propia experiencia materna, e invita a mirar la maternidad desde otras perspectivas, más allá de los estereotipos y de las imposiciones sociales.

Esta mirada, como ella misma dice, rompe con lo tradicional, y lo leí en la primera parte de su libro: “El ideal materno oscila entre la madre sacrificada, al servicio de la familia y las criaturas, y la superwoman, capaz de compaginar trabajo, crianza y de cumplir con todo”.

Ser mamá desobediente es un grito que clama por poder vivir la maternidad como queremos, sin imposiciones.

Pero para poder entenderlo mejor y profundizar en temas como la fertilidad, el embarazo, el parto, la lactancia, la conciliación familiar y la pérdida gestacional, entre otras cosas, decidí entrevistar a Esther Vivas, para que ella misma me explicara qué significa ser una mamá desobediente.

Comenzamos…

¿Cómo ha sido tu maternidad, Esther?

El libro surge de mi propia experiencia materna. Empecé a tomar consciencia de que una experiencia que es tan central en la vida de las mujeres, como lo es la maternidad, está invisibilizada en el seno de la sociedad y poco valorada.

A la vez también, he tomado consciencia de la violencia que existe en la experiencia materna, en concreto, alrededor del parto.

Y yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que a pesar de mi activismo social, nadie me haya hablado de todos estos temas? A partir de esta indignación, empiezo a escribir y a reflexionar sobre la maternidad.

El libro lo escribí durante los primeros tres años de mi maternidad, y quise abordar cómo vivimos la atención al parto, el postparto y todo lo que hay alrededor de la lactancia materna.

Yo tenía que hablar también de mi propia experiencia materna, de sus luces y de sus sombras; de lo bueno y de lo malo, porque la maternidad es esto y políticamente es importante visibilizar la maternidad con sus contradicciones y ambivalencias.

Tuve experiencias dolorosas, como las dificultades para quedarme embarazada; tuve que esperar cinco años y someterme a distintos procesos de fertilidad, cosas que nunca antes me hubiese imaginado. Hablo de la pérdida gestacional, porque perdí a una niña de la que estaba embarazada: tuve que abortar por una malformación genética que ella tenía y que no era compatible con la vida. Este proceso fue muy duro. También hablo de cómo se consolida la incomprensión y de depresión postparto, que no la sufrí, pero conozco a muchas mujeres que la han sufrido y sigue siendo un tema tabú.

Hablo también de la satisfacción que significa ser madre y de la importancia de poder decidir sobre tu maternidad.

-¿Tú qué sentiste en tu postparto en medio de este sistema?

Yo creo que cada mujer vive sus contradicciones con respecto a su maternidad, y estas vienen condicionadas por sus contextos sociales y económicos. Si tiene pareja o no la tiene, si tiene empleo estable o no lo tiene o cómo ha estado acompañada durante su proceso, su parto.

Nos venden un postparto de color de rosa, que no tiene nada que ver con la realidad. La maternidad en sí y el postparto no son fáciles, y en particular si es la primera criatura. Ser madre implica poner patas arriba tu vida personal, de pareja, asuntos personales y relación laboral, y en la medida en que no nos hablan de esto una vez que somos madres, chocamos con una realidad que no nos esperábamos.

Y esto a la vez, se suma a la dificultad de una sociedad que da la espalda a todo lo que significa maternar, que tienes muchas dificultades para poder conciliar tu maternidad con el mercado de trabajo, donde a la vez, la maternidad se considera como algo que deben resolver las mujeres en el seno del hogar en lo individual, viene muy marcada por la soledad y eso dificulta la experiencia materna.

Yo creo que sobre todo, desde el movimiento feminista, es como que la maternidad tiene un difícil encaje en el feminismo. La maternidad era un tema que se obviaba, del cual no se hablaba. No había discurso alguno. Tú te movilizas como feminista para decidir sobre tu cuerpo, para tener acceso a anticonceptivos, para tener derecho al aborto; pero nadie habla de la maternidad desde el feminismo. O no se habla o se habla mal.

Y la maternidad es una experiencia muy importante con todo lo que implica. Las feministas de los años 60 se rebelaron contra la imposición de la maternidad, contra este destino único; se tiende a caer en un cierto discurso antimaternal y antirreproductivo. “Se nos impone ser madres ¡Pues no vamos a ser madres!”

Yo creo que hay una nueva generación de feministas, en la que me incluyo, que hemos nacido y crecido en un contexto en el cual la maternidad ya no era un destino único, sino que ha sido una elección para muchas de nosotras, y que por lo tanto, podemos mirarla con menos prejuicios.

Esto nos permite tener un relato propio desde el feminismo de la maternidad, que rechace esta maternidad patriarcal y que reivindique también una maternidad como responsabilidad política, colectiva, de mujeres y de hombres, y que valore la experiencia materna, sin idealizaciones ni esencialismos, pero señalando la importancia que tiene gestar, parir, dar de mamar… Ser una mamá desobediente

¿Esto es ser una mamá desobediente?

Para mí una maternidad desobediente es aquella madre que desobedece a los ideales inasumibles de maternidad que nos han impuesto, unos ideales de maternidad que dan la espalda a las experiencias reales de las mujeres, de un sistema que quiere la maternidad encerrada en casa o que quiere a estas madres disponibles para el mercado de trabajo y que da la espalda al propio hecho de maternidad.

Para poder desobedecer a esos ideales, reivindicar una maternidad real y poder decidir sobre esta experiencia materna en el embarazo, el parto y la lactancia, también debe cambiar la sociedad, porque mientras esta no cambie será difícil como mujeres, tener una maternidad satisfactoria.

Ser una mamá desobediente es una madre que se reconcilia con su propio cuerpo, que sabe que pueda gestar, parir, dar de mamar. Porque las sociedades modernas nos han hecho creer que no sabemos, que no podemos, que tenemos que delegar en terceros. Esta es una maternidad que se reconcilia con su experiencia materna y la reivindica.

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