Las madres desobedientes

Berenice Chavarría | Cimacnoticias

Ciudad de México.- Es necesario acabar con la mirada patriarcal de la maternidad, esa que supone abnegación y sacrificio, que deja a un lado los derechos y deseos de las madres y las coloca en manos de sectores conservadores que aseguran defenderlas a ellas y a las infancias. Es tiempo de reivindicar la maternidad, que sea elegida, visible, valorada y que ocupe espacios: así lo refiere Esther Vivas Esteve, periodista, socióloga, madre y autora del libro “Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad”

Actualmente ser madre ha quedado reducido y normativizado a dos opciones: la del ángel del hogar o la de la “super mujer”, dejando a las madres en medio de discursos normativos y estereotipados, vistos desde la mirada patriarcal y capitalista que imponen modelos que, se espera, las mujeres reproduzcan indistintamente. 

“La maternidad es prisionera de discursos normativos bipolares y estereotipados, de corte patriarcal y capitalista, que nos condenan a ser tachadas de profesionales fracasadas si no estamos cien por ciento disponibles en el trabajo, o de malas madres si no dedicamos el tiempo suficiente a cuidar a los pequeños. La culpa es siempre nuestra”, destaca Esther Vivas en su texto. 

Ante esta realidad ahora es posible hablar de una reivindicación de la maternidad. “Podemos mirar la maternidad de otra manera, distinguir entre ser madre desobediente o determinado modelo de madre”, asegura Esther Vivas. 

“Debemos acabar con la maternidad patriarcal, porque ahora la maternidad se ha sacado del armario. Esto nos coloca en otro lugar, hay una oportunidad que nos la debemos a nosotras mismas, por nuestros derechos como madres y para las infancias. Y si el feminismo no reivindica la maternidad, nos deja en manos de los sectores conservadores, quienes dicen que nos defienden a nosotras, a las niñas y niños, pero ¿Qué tipo de maternidad defienden?”, cuestiona la escritora. 

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Necesario politizar la experiencia de la maternidad

Por años, a lo largo de nuestra vida, es común que más de una persona te sugiera convertirte en madre. “Es lo más bonito del mundo”, “Se te va a pasar la edad si no lo haces”, pero ¿qué pasa cuando te conviertes en madre? Para el sistema capitalista debes comportarte como si no lo fueras.

Esther Vivas Esteve asegura que en nuestra sociedad se ha normalizado el maltrato a las madres, dificultando los derechos de las mujeres, evitando que ellas, sus hijas e hijos ocupen el espacio público y sobre todo frenando su acceso a las actividades económicas remuneradas. 

Los tiempos de la maternidad son contrarios a la lógica capitalista, productivista. Pero es importante entender que el trabajo se debe adaptar a la maternidad, la culpa es del sistema. Por ello necesitamos de la solidaridad entre madres y no madres, porque el mismo sistema que quiere que tengas hijos, después te pide que te comportes como si no los tuvieras”. 

En ese sentido destacó como necesario politizar la experiencia de la maternidad, pues esto permitirá a las mujeres vivirla de forma distinta, sin culpas, sin prejuicios ni las limitaciones impuestas por la sociedad patriarcal y capitalista, entendiendo que el Estado no cumple con las garantías de brindar cuidados, igualdad salarial, empleos dignos y conciliación laboral.

“El contexto está pensado para que la maternidad e infancia se adapten al mercado, cuando este debería adaptarse a ellas. Triunfar o subsistir en el mundo laboral es casi incompatible con tener descendencia. Solo hace falta preguntar a todas aquellas embarazadas o madres que han sufrido mobbing o acoso maternal y han acabado incluso perdiendo el empleo, a las mujeres en edad de tener criaturas a las que, por si acaso, ya ni se les contrata, o a las que cobran un salario de miseria y ni se pueden plantear tener pequeños”. 

De esta forma, la destrucción de los derechos laborales, tras décadas de neoliberalismo, tiene un impacto directo sobre las madres y las mujeres que quieren serlo. 

“Si tienes criaturas, sobrevivir en el mercado laboral no es fácil ¿cuántas mujeres han tenido que renunciar a su vida personal y familiar en beneficio de la carrera o justo a la inversa?”

Esther Vivas Esteve asegura que el patriarcado “nos ha secuestrado la maternidad”, como lo ha hecho con el parto o la lactancia. “Nos han arrebatado prácticas, nos han hecho dudar de nuestras propias capacidades, han idealizado la maternidad al punto de que pensamos que tenemos que renegar de ella”.

Ahora es la oportunidad de que el feminismo integre en sus demandas la maternidad, una maternidad feminista, entendiéndola también como una responsabilidad colectiva.

“No se trata de idealizarla ni de esencializarla, sino de reconocer su contribución histórica, social, económica y política. Una vez las mujeres hemos acabado con la maternidad como destino, nos toca ahora poder elegir cómo queremos vivir esta experiencia”, sentencia la escritora en su texto. 

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