Maternidad feminista, desobediencia necesaria

Karina Vargas | Reporte Índigo

La experiencia de la maternidad traspasa las fronteras del espacio-tiempo y ha unido de manera sigilosa a las mujeres del mundo, quienes se hermanan a través de las vivencias legadas por la naturaleza, el sistema patriarcal, el capitalismo, la violencia de género y, más recientemente, el feminismo; así lo evidencia Esther Vivas, periodista y socióloga española, en su libro Mamá desobediente: una mirada feminista a la maternidad.

En 2019 se publicó por primera vez la obra combativa de Vivas bajo el sello Capitán Swing; a partir de entonces, su manifiesto se ha traducido y reeditado a distintos idiomas y para diferentes países, incluido México, a donde llegó en 2021 de la mano de Ediciones Godot y en el que se señalan las cifras de violencia obstétrica que ejerce el personal de salud contra las mexicanas.

“Un 33 por ciento de las mujeres que dieron a luz entre los años 2011 y 2016 afirmaron haber sufrido algún tipo de maltrato por parte de los profesionales que las atendieron. Las principales formas de violencia denunciadas fueron haber recibido gritos, ser regañadas, no ser atendidas cuando era necesario acusándolas de quejarse demasiado…”, detalla la autora en el prólogo de la edición mexicana con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Además de exponer esa realidad que atraviesa a todas las entidades federativas, con mayor prevalencia en la Ciudad de México (38.4 por ciento), San Luis Potosí (38.3 por ciento) y Tlaxcala (37.8 por ciento), según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (INEGI, 2021), Esther Vivas manifiesta el deseo de que su libro llegue a muchas mujeres, sean madres o no, y a hombres que habitan en el territorio nacional, porque “la maternidad y la crianza nos implica a todos”. Su anhelo se cumplió.

Práctica universal

En entrevista con Reporte Índigo, a propósito de una gira que hizo por la capital del país y la Feria del Libro de Oaxaca para presentar la obra distribuida en México durante el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19, la escritora habla del buen recibimiento que ha tenido Mamá desobediente y de la retroalimentación que le ha llegado por parte de las lectoras, quienes se han identificado con los aspectos que aborda el libro en cuanto a la violencia de género.

“Hay una serie de elementos que son universales en la maternidad a pesar de las diferencias de contexto, es decir, el abuso, la violencia, la discriminación, las desigualdades que golpean la experiencia materna son intrínsecas a un sistema patriarcal y a un sistema capitalista que menosprecia los cuidados, la vulnerabilidad humana y la experiencia de las mujeres”, indica.

En palabras de la autora originaria de Sabadell, España, lo anterior ha hecho que su trabajo, en el que se conjuntan la autobiografía, la literatura y la investigación, conecte con el sentir de muchas mujeres.

No obstante, señala que la maternidad no solo está determinada por cuestiones de género, sino de raza, de orientación sexual, de diversidad funcional y de todos aquellos factores que conforman la identidad de una persona, por lo que se debe mirar dicha experiencia desde una perspectiva interseccional, en la que se entrecruzan múltiples opresiones.

Añade que, en los últimos años, la publicación también ha tenido buena acogida en otras partes de América Latina y, en enero de 2024, se hará el lanzamiento de una edición en castellano para Estados Unidos con HarperCollins, por lo que el libro “continúa haciendo su camino”. De igual forma, ya prepara un segundo libro sobre maternidades y feminismo para profundizar en temas relevantes que no se mencionan a fondo en su bestseller.

Avances y pendientes

En retrospectiva sobre lo que ha sucedido en Latinoamérica acerca del feminismo y la lucha por mejores condiciones para quienes son madres, así como para sus hijas e hijos, Esther Vivas advierte que el principal cambio que ha observado es el surgimiento de una ola feminista que ha sacado de lo privado a lo público temas vinculados a la experiencia femenina que hasta hace poco eran tabú.

“Estamos hablando de manera pública de la sexualidad de las mujeres, del placer femenino, de la menstruación, de la salud mental en clave de género y, entre estos temas que han salido del armario, por decirlo de algún modo, está también la maternidad, y una de las grandes diferencias hoy, respecto a cuando escribí sobre el tema, es que poco a poco se ha incorporado en la agenda de esta nueva ola feminista. Hay una nueva generación de mujeres que miran con menos prejuicio a la maternidad”. puntualiza.

“Gracias a la lucha de las feministas que nos han precedido, hoy, en mayor medida, podemos decidir si ser madres o no; y podemos distinguir, entre lo que es el mandato patriarcal de ser madre de lo que es la experiencia materna, que deber ser una experiencia libremente elegida, que tiene sus luces, pero también sus sombras”

Destaca que, a diferencia de las mujeres que lucharon en las décadas de los 60 y 70 contra el mandato patriarcal de ser madres como única forma de desarrollarse personalmente, en la actualidad es posible mirar la maternidad con menos estigmas y distinguir entre un mandato que implica responder a un modelo de maternidad abnegada, sacrificada y sin goce, a la experiencia de ser madres por libre elección.

Sin embargo, existen sectores de la sociedad, en México y a nivel mundial, que se oponen a que las mujeres puedan gozar de sus libertades y derechos fundamentales como el aborto.

“Esto nos debe hacer plantearnos aún más la necesidad de disputar el relato de la maternidad de estos sectores conservadores y reaccionarios, que históricamente se han apropiado de lo que significa ser madre. Ellos dicen defender la vida, defender a las madres, pero la pregunta es ¿qué vida defienden?, ¿qué modelo de maternidad defienden?

“Es aquí donde hay que apelar y reivindicar una maternidad feminista, una maternidad donde yo, como mujer, soy sujeto político y sujeto de derechos, y yo decido sobre mi cuerpo, decido si quiero o no tener una criatura, por lo tanto el aborto es imprescindible para defender una maternidad libremente elegida, donde no haya abuso, no haya violencia, tengamos derecho a una licencia de una manera más amplia. La maternidad patriarcal no nos representa”, subraya.

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