Madres desobedientes de la maternidad occidental

Paola Merant | L-a Causa del psicoanálisis

Desde el año pasado estamos llevando a cabo un círculo de lectura en Maternando AC en Guadalajara, Jalisco. Este año 2024 realizamos el segundo círculo de lectura para mujeres madres, coordinando este espacio con dos amigas y mujeres que admiro mucho por su profesionalismo y su humanidad: Fabiola Laviada y Marisela Melchor.

Para mí la experiencia del círculo de lectura es maravillosa porque me permite escuchar de una manera horizontal, donde todas tenemos algo que compartir desde nuestra historia del ser mujer y el ser madre. Dos cosas que tenemos en común todas las mujeres que nos reunimos mes con mes.

Uno de los libros que más hemos trabajado es el de Mamá Desobediente: Una mirada feminista a la maternidad escrito por Esther Vivas, una mujer socióloga y periodista de España. Y aunque su texto está basado en el contexto Europeo, el discurso occidental sobre las maternidades se repite y réplica. Por ello este libro ha tenido tanto impacto en América Latina.

Su libro inicia cuestionando:

¿Qué significa ser madre? Hay tantas definiciones como experiencias. No se puede hablar de la maternidad en un sentido único. Cada vivencia depende del contexto social, las capacidades económicas, la mochila personal. (Vivas, E. , 2021:  p. 17)

La vivencia y experiencia de las maternidades es tan subjetiva como la propia existencia de las personas en el mundo. Sin embargo, existen coordenadas de repetición, sobre todo en países occidentales donde la cultura global nos repite discursos que se hacen costumbres e ideas para el ser.

Una coordenada que se repite como ideal de la mujer madre es lo que nos comparte Vivas:

La madre al servicio en primer lugar de la criatura y en segundo del marido. El mito de la madre perfecta y devota, casada, monógama, que se sacrifica por sus criaturas y está feliz de hacerlo, que siempre antepone los intereses de sus hijos e hijas a los suyos, porque se supone que no tiene propios. Un mito que se nos ha presentado como atemporal, cuando en realidad sus pilares son específicos de la modernidad occidental.(Vivas, E. , 2021:  p. 18)

Con lo anterior, no concuerdo en un punto con la autora en que la sociedad cree que las mujeres madres no tenemos intereses propios, si no que creen e imponen que las mujeres madres su principal prioridad e intereses son sus hijas, hijos y marido. Que no tendría que existir otra cosa más importante que estar al cuidado de su familia, incluso ponderar el cuidado de los otros más allá de él de ellas mismas.

Este libro me ha llevado a cuestionarme ¿qué tanto la mirada a la maternidad occidental, capitalista y machista es un síntoma histórico del género para las mujeres?

Con lo anterior, me refiero que esta manera de pensar y vivir muchas veces la maternidad desde el lado del sacrificio ha estado bastante adentrada a la imposición de vida en el ser mujer. Incluso, no es necesario que la madre se reproduzca biológicamente para tomar ese lugar del sacrificio occidental, eso ya está en el hecho de ser mujer. Pero cuando todavía se posiciona con el ser madre (de la manera que sea reproducirse o adoptiva), la cuestión del sacrificio está ahí y la culpa una forma de recordar que el sacrificio es necesario, porque es el hacer bien de la mujer que es madre.

Sin embargo, ya no solo está el cuidado de la familia para la mujer, también es importante que en este mundo occidental y capitalista pueda producir bienes materiales. Entonces nos encontramos como Silvia Federici nos dijo, tenemos ahora triples o cuartas jornadas. Entonces Vivas nos dice:

Ser madre queda reducido y normativizado a dos opciones, la de ángel del hogar o la de superwoman, que son los modelos que encajan en el sistema y que se espera que reproduzcamos indistintamnete. La maternidad es prisionera de discursos normativos bipolares y estereotipados de corte patriarcal y capitalista, que nos condenan a ser tachadas de profesionales fracasadas si no estamos al cien por ciento disponibles en el trabajo, o de malas madres si no dedicamos el tiempo suficiente a cuidar de los pequeños. La culpa es siempre nuestra. (Vivas, E. , 2021:  p. 21)

¿Cómo podemos darnos cuenta de los ideales sociales que nos impone la sociedad? Cada época viene marcada por esos ideales sociales, en todos los sentidos, familiares, del género, de las profesiones, etc. Hoy en día ya no es tan habitual ir a la iglesia y que los sacerdotes nos digan cómo son esos ideales sociales, es tan simple y frecuente como un bombardeo constante que tan solo meterse a redes sociales podemos ser espectadores del ideal social. Entonces vemos en redes sociales estas mujeres que son madres, profesionistas o empresarias, y que se supone que como Vivas menciona, se alinean a estas dos formas del ser mujer, entre ser el ángel del hogar y superwoman, que encajan tan bien a esta vida capitalista, occidental y patriarcal.

 ¿Cuáles y cómo son esos efectos para las mujeres madres al ver constantemente este ideal de la mujer madre?… algo que puedo decir con la pregunta anterior es que la exigencia y la culpa se hace más profunda. Porque constantemente está el ideal para alcanzar, nos lo muestran como ese deseo perfecto de la vida pero que en la realidad social es sumamente complejo y en muchos casos para nuestro contexto mexicano es casi imposible.

Vivas menciona,

Hay quienes no soportan que las mujeres decidamos cómo y dónde criar. La maternidad está bien vista y resulta aceptada siempre y cuando esté confinada al ámbito del hogar y a lo individual (que cada una se las arregle como pueda, esto es lo que quieren) y no cuestione las dinámicas del trabajo reproductivo, del modelo socioeconómico, ni del sistema patriarcal.(Vivas, E. , 2021:  p. 66)

Ante un sistema cada vez más duro para hacer diferencias, donde la política mexicana no le da lugar a las maternidades, donde  no hay propuestas, donde el camino parece muy inmaduro para poder hacer cosas más sostenibles con las maternidades en nuestro contexto social, ¿Cómo ser madre desobediente?… quizá las formas para desobedecer al sistema estén en el lado de lo colectivo social y eso tendrá en su momento impactos más grandes el sistema noeliberal en el que vivimos.

Poder compartir con otras mujeres madres que estamos en el cuidado de los otros, llamarnos por nuestros nombres, escucharnos y poder hablar de nuestras historias para reflexionar ya es desobedecer. Ser madres desobedientes al sistema, ser mujeres que desobedecen al sistema para darle lugar al deseo propio.

Vivas, E. (2021), Mamá desobediente: Una mirada feminista a la maternidad, ediciones Godot, Argentina.

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