Una mirada distinta a la maternidad

Lucía Castro | La República

¿Quieres ser mamá?, esa es la pregunta que toda mujer ha escuchado en algún momento de su vida. O quizá esta otra: “¿Cuántos hijos quieres?”. Eso es lo que nos repiten quienes asumen que todas tenemos la capacidad de ser madres por el hecho de tener un útero. Pero lo cierto es que cada año son menos las mujeres que deciden ser madres, debido a que le dan mayor relevancia a su vida laboral, pues creen que tener un bebé es someterse a su cuidado.

Y ante ello, la pregunta de fondo es: ¿ser madre es perder la libertad? Ante esa cuestión, la escritora feminista Esther Vivas ha dado una respuesta alternativa: se puede ser madre en libertad. Con su hijo amarrado al pecho con un fular, escribió durante tres años un libro que busca deconstruir la imagen de madre que tenemos hoy día.

Así surgió Mamá desobediente: una mirada feminista de la maternidad, desde las dudas y la experiencia de una mujer que hasta sus 34 años no quería ser madre. La maternidad no llegó como una sorpresa o un deseo inmediato para ella. Tuvieron que pasar cuatro años de fertilizaciones in vitro para que pudiese quedar embarazada, por lo que su camino hacia la maternidad estuvo marcado por una constante reflexión. Mucho tiempo después, con un hijo de siete años que la acompaña, se dio cuenta de que la maternidad tiene una definición ambivalente. “Ser madre significa equivocarse. Significa amar con locura a tu bebé y al mismo tiempo no poder más con él. Este papel no está hecho para llevarlo nosotras solas, pues puede llevar a problemas de salud mental”.

En 2020, un estudio de UNICEF concluyó que 3 de 10 cuidadores de niños sufrían de depresión. Y es que la maternidad abruma y absorbe, por lo que tener una pareja que apoye el cuidado del bebé es un privilegio.

Maternidad y privilegios

En ese sentido, la escritora también dice que la ambivalencia de la maternidad se puede ver en los privilegios sociales. Mientras que para madres como ella (de clase media o alta) el debate está entre cómo hacer compatibles la maternidad y la carrera profesional, para las madres pobres se encuentra en cómo encontrar tiempo para cuidar a sus hijos y a la vez buscar dinero para alimentarlos.

Por ello, Vivas cree que es importante que el feminismo tome posesión de la mirada social hacia la maternidad y que cambie algunas políticas, como el exigir una mejor licencia de maternidad, lactarios en el centro de trabajo y el derecho a un parto respetado que acabe con la violencia obstétrica, un tipo de violencia de género que ejerce el personal de salud sobre las madres al momento de dar a luz.

Empezar a contar experiencias y a deconstruir a la madre perfecta: pensar en ella no como el ser que todo lo puede sino en alguien que hace lo que puede, ese es el mensaje del libro de Esther Vivas.

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