El peligro de la etiqueta de la ‘mala madre’

Marita Alonso | Cosmopolitan

El anuncio de la separación de Sophie Turner y Joe Jonas ha entristecido a los fans de la popular pareja y ha supuesto el punto final al verano del desamor. Aunque ambos se han encargado de subir a sus redes sociales un comunicado en el que no han querido dejar de aludir a las habladurías que han surgido alrededor del divorcio, han intentado que las malas lenguas se alejen de esta ruptura. Lamentablemente, no ha sido posible.

Han sido los medios ‘TMZ’ y ‘Page Six’ los que han dado voz a quienes alegan que ambos tienen un estilo de vida tan incompatible que salvar la relación ha sido imposible. Pero, ¿a qué se refieren con estas diferencias insalvables? La narrativa se ha esforzado en retratar a la actriz como una fiestera, mientras que el cantante ha sido perfilado como un sacrificado padre que se ha encargado de cuidar de las niñas en ausencia de la madre. Las figuras de la madre ausente y de la madre fiestera se han convertido así en las armas empleadas contra Turner, una estrategia que no es ni mucho menos nueva, pero sí igualmente dañina y problemática

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Esther Vivas, autora de ‘Mamá desobediente’, indica que el problema reside en que la sociedad juzga a las madres desde una mirada patriarcal, y considera que la maternidad es una responsabilidad exclusivamente femenina. “En consecuencia, en una familia heterosexual, se juzga de manera distinta a la madre y al padre, porque se cree que la madre debe ser la cuidadora por naturaleza y la máxima responsable del futuro de esas criaturas. El problema es el machismo y el patriarcado”, explica.

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Algunos medios y gran parte de los seguidores del cantante han reforzado la imagen del “buen padre”, ese que encarna Joe Jonas por haber sido el que ha cuidado de sus hijas cuando su esposa estaba trabajando. “La sociedad utiliza una vara de medir distinta en función de si juzga al padre o a la madre. Cuando nos encontramos con un padre que asume sus responsabilidades como padre, que se hace cargo de esas criaturas, la etiqueta que la sociedad le pone es la de “buen padre”. Mientras tanto, si la madre hace exactamente lo mismo, se considera que hace lo que le toca. Aquí hay un problema, porque la responsabilidad de cuidar es responsabilidad de ambos”, asegura Vivas.

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Para finalizar, Esther Vivas explica que la sociedad penaliza a las madres que tienen vida propia, una vida que va más allá de la crianza, porque se reduce la responsabilidad del cuidado a una responsabilidad individual y femenina. “El reto es desfeminizar el cuidado y desindividualizar la maternidad, porque al final, cuidar debe ser asumido como una responsabilidad de hombres y de mujeres”, dice la autora.

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